“Muchas veces dijo Hugo Chávez: ‘Vengo a destruir lo existente para crear lo nuevo’. Y hoy se tiene noticia de lo primero, pero nada se sabe de la construcción de lo segundo”. 

Por: Andrés Ruiz | El Tiempo 

Las palabras son del destacado historiador y profesor venezolano Agustín Blanco Muñoz, el primer escritor que entrevistó y documentó al chavismo
 desde la época en la que el comandante estuvo preso tras el intento de golpe de Estado del 4 de febrero de 1992, contra el entonces presidente, Carlos Andrés Pérez.

“Desde un inicio entendí que el teniente coronel Hugo Chávez era una fuente que debíamos abordar para entender los acontecimientos del presente”, aseguró en entrevista para EL TIEMPO.

¿En qué momento se comienza a hablar de chavismo en el país?

Es el resultado de una cadena de hechos. Desde las protestas del Caracazo en 1989, el primer intento de golpe de Estado de 1992 y sus dos años en prisión, la creación de su Movimiento Quinta República y cuando ganó las primeras elecciones presidenciales.

En mi libro Habla el Comandante, que duré cuatro años escribiéndolo, yo le hago esa pregunta a Chávez y él me dice que no hay chavismo, que eso no existe como tal. Para él no existía, pero sí lo promovía, es decir, esa palabra deriva simplemente de la vieja tonalidad, del viejo efecto que tiene el caudillismo en América Latina.

En esa primera entrevista, ¿usted pensó que Chávez alcanzaría tanto poder?

Su lucha caudillista se alimentó en el momento en que fracasa en el intento de golpe contra el entonces presidente, Carlos Andrés Pérez, pero él ya sabía para dónde iba, sabía que contaba con un apoyo político, con apoyo militar. Él ve el vacío que está planteado en Venezuela –por la corrupción y el mal manejo del dinero recibido por el petróleo– y ahí es cuando decide que tiene futuro político.

Pues bien, en ese momento comenzó a surgir Chávez de forma vertiginosa y la banca, la industria, el comercio y los medios de comunicación, la calle, todos comenzaron a ver en él el gran salvador de Venezuela. De ahí su éxito rotundo en las elecciones del 98.

¿Es el socialismo la base del chavismo?

No tenía que ser así, pero el entonces presidente cubano, Fidel Castro, es quien aparece, promueve, manipula y maneja la figura de Hugo Chávez con ideales socialistas/comunistas.

No olvide que Fidel buscaba internacionalizar la isla con la ayuda de Venezuela desde 1959, pero esto no lo logró sino hasta cuando Chávez llegó al poder. Y hoy, justo cuando hablamos de estos 20 años, vemos que no han sido años de estabilidad política, sino por el contrario, estamos en la misma inestabilidad desde el Pacto de Puntofijo (acuerdo de gobernabilidad entre tres partidos políticos firmado el 31 de octubre de 1958).

Y la ‘revolución bolivariana’…

Un día después de posesionarse como presidente, Chávez da una conferencia de seis horas y media en la Universidad Central de Venezuela, donde explica cuál es el camino de la ‘revolución bolivariana’.

El camino era el socialismo, no un socialismo como el de Cuba, porque en ese momento había que tener mucho cuidado en tácticas y estrategias, porque en ese momento, decía, que el imperialismo tenía mucha fortaleza y podía acabar fácilmente con una revolución impaciente.

Ahí mismo empezamos a hablar de ‘Venecuba’ y a ver miles de cubanos en Caracas. A su vez, La Habana se convirtió en un centro de entrenamiento venezolano. Sin embargo, Chávez, en un principio, recibía el apoyo estadounidense. Todo giraba en torno al interés por el petróleo.

 

¿Cuál es el mejor momento chavista?

El chavismo tiene un momento en el cual millones creyeron que se desvanecía, que es cuando se conoce la enfermedad y posterior muerte de Chávez. Es un presidente electo que cae en desgracia y mucha gente empieza a festejar la enfermedad.

Digo que es el mejor momento, pues lo que hicieron los cubanos para extender el chavismo fue realmente importante. Nicolás Maduro no tenía las condiciones, no tenía el ambiente ni la imagen del político caudillo, capaz de penetrar, manipular e incentivar, de emocionar a la gente, no tenía nada de eso.

Pasamos de ¡el Chávez!, el gigante, el eterno, a Maduro, que era un don nadie

Llegan las elecciones y el opositor Henrique Capriles no logra ganarle la presidencia a Maduro. Pasamos de ¡el Chávez!, el gigante, el eterno, a Maduro, que era un don nadie. Igual lograron subirlo a la cúspide del poder. Mucha gente pensaba que Maduro no aguantaba dos empujones. El señor Maduro, bajo la dirección, el entrenamiento en todo sentido de los cubanos, comenzó a asumir imagen y capacidad de manipulación.

¿Se podría pensar que estamos viendo el final del chavismo?

No hay ningún final del chavismo, esas son relaciones emocionales. Lo que acá tenemos es una revolución militar, social, narco-delincuencial y civil anclada al poder. Lo podemos ver ahora con los repartos que se están haciendo con el oro en el sur del país. Ahora tenemos un estado narcominero, tal vez uno de los más ricos del mundo, que está bajo las manos militares y ellos son el verdadero centro mismo del chavismo. 

En parte, el chavismo se ha mantenido fuerte porque no hay opositores reales, lo que hay es negociantes cómplices de la tal ‘revolución bolivariana’.

¿El madurismo se considera una extensión del chavismo?

El madurismo está jugando su papel desde la muerte de Chávez. Por supuesto, mucha gente quiere enfrentarlo con el chavismo, han querido hacerle la diferenciación entre el chavismo bueno y el madurismo malo. Esto no tiene sentido y no tiene realmente consistencia. Una cosa es totalmente diferente a la otra.

¿Hugo Chávez dejó algún legado?

El legado que deja Chávez es lo que se llama el poder militar en combinación con el político. Se llama socialismo-comunismo-comunal.

¿Cree usted que el chavismo será capaz de sacar al país de la crisis?

Mira, en principio mi respuesta es no. Materialmente imposible, pero ahora Maduro está haciendo esfuerzos internacionales para salir de la crisis. Ya no es autónomo, ya depende de la ayuda de países como China, Rusia, Irán o Turquía.