Por Rodolfo A. Rico / Venecuba

Mientras en Venezuela el gobierno bloquea desde 2018 a los tres sitios de porno más importantes, Pornhub, Xvideos y Redtube, en Cuba el crecimiento del acceso a internet ha significado un incremento de su consumo.

El porno en Venezuela parece que es tan peligroso como el periodismo y el precio del dólar en el mercado negro.  El porno siempre se abre paso, así que bloquear algunas web no impide realmente su acceso a ellas.

Para el año 2014, primero en el que aparece Cuba en el informe anual de Pornhub, la isla destaca como el reino de la conexión desde computadoras de escritorio. Venezuela en el mismo informe aparece como el único en América del Sur con conexiones desde consolas de videojuegos, que alcanzan hasta 2 % de las conexiones.

En 2015, el informe de la web pornográfica refleja a Cuba como el país en el que acaban más rápido la visualización de videos porno. Sólo alcanzan a los cinco minutos con once segundos.  Pero, pese a lo que se pueda creer, ese número no es negativo. Por el contrario, posiblemente antes de ese año los cubanos acababan más rápido de ver los videos, porque según explican en la web cubana Yuca Byte, ese año los precios de la conexión bajaron de 4, 5 dólares a 2, lo que teniendo en cuenta que el salario mínimo vigente era de 9 dólares, favorecía al aumento en tiempo de conexión.

Para 2016, en Venezuela el precio de la conexión ABA de Cantv, el más usado por los venezolanos, pasó de poco más de 1 dólar a 12 dólares mensuales. Pasó de ser 1,4 % del salario mínimo a 24 %, una cifra astronómica para cualquier bolsillo de la época. Luego, el gobierno venezolano estabilizó el precio a costillas de la inversión de las empresas de telefonía local. Los cubanos, por cierto, aunque bajaron los precios de conexión, estos se mantienen cercanos a los precios internacionales de la región.

Pero sigamos con Cuba. ¿Qué había pasado en la isla antes de 2014 para que lograra ese subidón de conectividad ese año? En 2013, luego de dos años instalado, pero sin prestar servicio, sin que ni Venezuela ni Cuba explicaran por qué, arrancaba el funcionamiento del cable submarino Alba 1, un proyecto faraónico de Hugo Chávez que pretendía unir con Venezuela las telecomunicaciones de Cuba, Jamaica y, en un futuro Centroamérica, sin que tuvieran que pasar por Estados Unidos.

El trazado del cable submarino realizado por la filial china de Alcatel había evitado sistemáticamente cualquier posibilidad de conflicto con Estados Unidos. Y evitaba trabajar o tener como proveedores a empresas que pudieran ser afectadas por las sanciones de Estados Unidos. Son 1602 kilómetros de tendido que costaron poco más de 70 millones de dólares y cuyo responsable es la empresa binacional Telecomunicaciones Gran Caribe.

Para entender la dimensión de esto hay que comprender que, como consecuencia de las sanciones estadounidenses, Cuba sólo tenía conexión a internet por vía satelital. Lo cual siempre ha sido caro y lento comparado con la nueva fibra óptica que multiplica por 3 mil las capacidades de transmisión de imagen, voz, y datos de la isla caribeña.

También para el Estado cubano abarata los costos, aunque como su despliegue en la isla es exclusivo de la empresa estatal ETECSA, el que eso llegue en última instancia a la mayoría de los cubanos depende de ella y, por supuesto, también de los menguados ingresos del cubano promedio.

De hecho, hay quien atribuye el silencio de dos años del cable Alba 1, entre 2011 y 2013, a que los cubanos pusieron sus barbas en remojo al ver las consecuencias iniciales de las llamadas primaveras árabes. Un cable de AP sostiene que eso, o bien la corrupción en el proceso, podrían haber generado esa falta de funcionamiento. Alcatel se defiende diciendo que ellos entregaron todo el trazado que sale desde Camurí, en el litoral central venezolano hasta Siboney en Cuba, una playa a pocos kilómetros de Santiago de Cuba, al oriente de ese país.

El mismo artículo de Yuca Byte traza una línea cronológica de lo que ha venido siendo el incremento del acceso a internet en Cuba: “la implementación e incremento de los puntos Wi-Fi en el país en 2013, la rebaja en las tarifas de navegación en 2015 y la habilitación del acceso a través de datos móviles en diciembre de 2018”.

En Cuba hay 5 millones de usuarios de telefonía móvil, y apenas unos 37 mil accesos de internet en el plan llamado Nauta Hogar. La gente accede también desde cíber y sitios públicos. Con todo, actualmente despliegan tanto redes 3G como 4G.

Mientras en Cuba se expande el despliegue de la conectividad y la velocidad de internet mejora, en Venezuela internet es cada vez más lento e intermitente. Según un reciente informe del Instituto Prensa y Sociedad, la velocidad promedio en el país es de 1,6 megabit por segundo. Pero por supuesto, como cualquier promedio, oculta que hay lugares del país donde la situación es mucho peor. Sólo Zulia y Caracas superan esa menguante velocidad que está muy por debajo del promedio latinoamericano de 5 mbps.

La conectividad móvil, que en otros países puede ser más rápida, en Venezuela en promedio tampoco supera los 1,8 mbps. Un récord de lentitud en la región.

En Venezuela a la lentitud se le suman los frecuentes bloqueos por DNS a sitios web de interés público, los constantes ataques a medios, periodistas y a la libertad de expresión. Ataques y censura que por supuesto hermanan también a las dictaduras de Cuba y Venezuela. Aunque los cubanos, por ahora, no bloqueen el porno.